SUBTEMAS
4.1 Proyectos del sector público.
4.1 Proyectos del sector público.
4.2 Análisis beneficio/costo de un solo proyecto.
4.3 Selección de alternativas mediante el análisis B/C incremental.
4.4 Análisis B/C incremental de alternativas. Mutuamente excluyentes.
4.1 Proyectos del sector público.
Sector público es el
conjunto de organismos administrativos mediante los cuales el Estado cumple, o hace cumplir la política o voluntad
expresada en las leyes del país.
Esta clasificación
incluye dentro del sector público: El Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder judicial y organismos públicos
autónomos, instituciones, empresas y personas que realizan alguna actividad
económica en nombre del Estado y que se encuentran representadas por el mismo,
es decir, que abarca todas aquellas actividades que el Estado (Administración
local y central) poseen o controlan. Un proyecto público, por ejemplo, puede
tener como objetivo la administración de zonas silvestres, donde
los proyectos económicos (madera), de conservación de la fauna (venados, ardillas) y de recreación (zonas para acampar y caminar),
consideran importante el uso del suelo. Los mencionados proyectos, también
se les conoce como, proyectos de propósitos múltiples. Dichos proyectos se
diseñan y construyen a fin de que sirvan a más de un propósito, y con estos se
puede lograr una mayor economía global.
4.2 Análisis beneficio/costo de un solo proyecto.
“Para la
identificación de los costos y beneficios del proyecto que son pertinentes para
su evaluación, es necesario definir una situación base o situación sin
proyecto; la comparación de lo que sucede con proyecto versus lo que hubiera
sucedido sin proyecto, definirá los costos y beneficios pertinentes del mismo”
(Fontaine, 1984: 27).
La evaluación puede
ser realizada desde dos ópticas diferentes:
a) La evaluación
privada:
Que a su vez tiene
dos enfoques: la evaluación económica, que asume que todo el proyecto se lleva
a cabo con capital propio y, por lo tanto, no toma en cuanta el problema
financiero; y la evaluación financiera, que diferencia el capital propio del
prestado.
b) La evaluación
social
En ésta, tanto los
beneficios como los costos se valoran a precios sombra de eficiencia o de
cuenta. “Para la evaluación social interesa el flujo de recursos reales (de los
bienes y servicios) utilizados y producidos por el proyecto.
Los costos y
beneficios sociales podrán ser distintos de los contemplados por la evaluación
privada económica.
La evaluación
económica tiene como objetivo el determinar el impacto que el proyecto produce
sobre la economía como un todo. La evaluación social se diferencia de la
anterior por incorporar explícitamente el problema distribucional dentro de la
evaluación. Esta integración de eficiencia con equidad se traduce en una
valoración de “precios sociales”.
En los proyectos
sociales se ha planteado la cuestión de quién afronta los costos desde una
perspectiva diferente. Al respecto hay tres respuestas posibles: el individuo,
el gobierno local, o la sociedad en su conjunto (Rossi, 19779: 254)
Desde el punto de
vista individual, se considera la perspectiva del beneficiario del proyecto. La
perspectiva de la comunidad local plantea el problema de la fuente de
financiamiento. Respecto a la sociedad nacional, hay que considerar no solo los
costos y beneficios directos, sino también los de carácter secundario e
intangible.
El ACB permite
determinar los costos y beneficios a tener en cuenta en cada una de las
perspectivas consideradas previamente. Por otro lado, mediante la actualización,
hace converger los flujos futuros de beneficios y costos en un momento dado en
el tiempo (valor presente o actual) tornándolos comparables. Relaciona, por
último, los costos y beneficios del proyecto, utilizando indicadores sintéticos
de su grado de rentabilidad, según la óptica de la evaluación (privada o
social).
IV. La evaluación social de proyectos
La evaluación social,
también llamada evaluación socioeconómica de proyectos, pretende medir el
impacto que la ejecución de un proyecto - versus no ejecutarlo- tiene sobre la
disponibilidad total de bienes y servicios en un país.
El análisis de
proyectos valora los beneficios y los costos de un proyecto y los reduce a un
patrón de medida común. Si los beneficios exceden a los costos, medidos todos con
el patrón común, el proyecto es aceptable; en caso contrario, el proyecto debe
ser rechazado.
Los costos y los
beneficios del proyecto deben medirse por comparación con la media en que
disminuyen la posibilidad o contribuyen al logro de los objetivos de esa
sociedad. (Squire y Van der Tak, 1980).
Existen dos elementos
básicos de la evaluación social que destacan su importancia. Por un lado, su
objetivo es maximizar la rentabilidad, incrementando así el potencial de la
inversión futura. Por otro lado, dado que pretende el máximo de beneficios para
la comunidad en su conjunto y teniendo en cuenta también la elevada
participación del gobierno en la inversión, resulta vital que éste evalúe
sistemáticamente los proyectos, valore los bienes y servicios producidos y los
factores o insumos de una manera diferente a la que realiza el mercado.
La ubicación temporal
de la evaluación, en los proyectos económicos, está fundamentalmente en la
etapa ex ante, sirviendo sus resultados para decidir sobre la ejecución o no del
proyecto. Cuando se trata de proyectos sociales, el ACB también se realiza ex
post y sirve para determinar la utilidad de la continuación del proyecto o
para, alternativamente, establecer la conveniencia de realizar otros del mismo
tipo.
V. Pruebas “con” y “sin” el proyecto
Un primer paso de la
evaluación (tanto en el ACB como en el ACE) es la prueba “con” y “sin” el
proyecto, que consiste en comparar la proyección de las tendencias presentes
(prognosis sin intervención) con las modificaciones que ellas sufrirían como
resultado del proyecto.
Dado que los recursos
son siempre limitados, es preciso tener en cuenta el costo de oportunidad de
asignarlos en un proyecto determinado. El costo de oportunidad es el valor de
las oportunidades perdidas.
En la evaluación de
proyectos sociales, es particularmente importante considerar el costo de
oportunidad de la mano de obra voluntaria y de las donaciones.
Es oportuno recordar
que la evaluación de proyectos no es un ejercicio contable sino un instrumento
para racionalizar el proceso de toma de decisiones (Piachaud, 1984).
El costo de
oportunidad social puede ser complementariamente definido como el sacrificio
que hace la sociedad al utilizar un insumo o factor en un proyecto concreto, en
lugar de asignarlo a otro alternativo.
VI. Diferencias entre la evaluación privada y la social
Para realizar la
evaluación social de proyectos generalmente se inicia el trabajo efectuando una
evaluación económica de los costos y beneficios privados de los proyectos. Los
valores privados corregidos, constituyen los llamados beneficios y costos
directos. (Fontaine, 1984: 378).
“A los efectos del
análisis de las operaciones de un proyecto, el precio de cuenta puede definirse
como el precio que prevalecería en la economía si ésta estuviera en perfecto
equilibrio en circunstancias de competencia” (Gittinger, 1978: 53). Los más
usados son los de las divisas, el capital y la mano de obra.
·
En la evaluación social de proyectos los impuestos y subsidios se consideran
como pagos de transferencia. Los impuestos son beneficios que el proyecto
transfiere a la sociedad. Los subsidios son un costo porque representan un
sacrificio de recursos que realiza la sociedad para que el proyecto se
implemente. En la evaluación privada, en cambio, los impuestos son considerados
como costo y los subsidios como ingresos para el proyecto.
·
En la evaluación social los intereses del capital no se deducen del rendimiento
bruto. En la evaluación privada (financiera), los intereses pagados por el
capital ajeno son costos y el reembolso del capital prestado se deduce antes de
llegar a la corriente de beneficios.
VII. Los costos y beneficios secundarios
La evaluación social
de proyectos considera además los costos y beneficios secundarios, llamados
también efectos indirectos o “externalidades”. Ellos se producen como
consecuencia del proyecto, pero fuera del ámbito en que éste se realiza.
La existencia de
externalidades hace que las evaluaciones, social y privada, difieran entre sí.
Corresponden a los beneficios y los costos que un proyecto descarga sobre
terceros y que no se observan en el mismo. Así, hay externalidades tales como
el menor consumo de manzanas derivado de una disminución en el precio de las
peras. Hay externalidades negativas, como la contaminación producida al
instalar una fábrica, y positivas tales como las derivadas de un proyecto de
reforestación (ODEPLAN, 1985).
La cuantificación de
los efectos secundarios no es sencilla. Mishan considera que se caracterizan
por no haber sido previstos ni ser controlables, en la mayor parte de los
casos. Siguiere que son infinitos en el mundo real y que, si bien el mecanismo
de precios internaliza un gran número de ellos, quedan fuera los efectos
ambientales e intangibles. La evaluación debe limitarse a los más inmediatos y
de mayor valor monetario. Los intangibles solo pueden ser evaluados
subjetivamente por sus víctimas.
VIII. El impacto distributivo del proyecto
Cuando se consideran
los efectos que el proyecto puede tener sobre la distribución del ingreso o la
riqueza, existen dos posiciones antagónicas.
Se sostiene que la
evaluación social de proyectos no es un instrumento redistributivo adecuado, y
que existen medidas de política económica más eficaces para alcanzar dichos
objetivos, como los impuestos, subsidios, la distribución directa de bienes o
servicios al margen del mercado, o aquellas tendientes al perfeccionamiento de
los mismos. Gittinger anota que la evaluación social de proyectos es
indiferente a la distribución del ingreso y a la propiedad del capital. El análisis
económico guarda silencio sobre la distribución y nada dice sobre la justicia
social.
Alternativamente,
Squire y Van der Tak, entre otros, plantean que la evaluación social de
proyectos es un poderoso instrumento distributivo, en especial en los países
subdesarrollados.
Esto lleva
necesariamente al punto de cómo incorporar los efectos distributivos en la
evaluación social de proyectos. Algunos (como UNIDO) proponen asignar
ponderaciones diferenciales que aumenten en una proporción constante el valor
de los beneficios recibidos por la población objetivo.
4.3 Selección de alternativas mediante el análisis B/C
incremental.
El método de
selección de alternativas más comúnmente utilizado por las agencias
gubernamentales federales, estatales, provinciales y municipales para analizar
la deseabilidad de los proyectos de obras públicas es la razón beneficio/costo
(B/C). Como su nombre lo sugiere, el método de análisis B/C está basado en la
razón de los beneficios a los costos asociada con un proyecto particular. Se
considera que un proyecto es atractivo cuando los beneficios derivados de su
implementación y reducidos por los beneficios negativos esperados exceden sus
costos asociados. Por lo tanto, el primer paso en un análisis B/C es determinar
cuáles de los elementos son beneficios positivos, negativos y costos. Se pueden
utilizar las siguientes descripciones que deben ser expresadas en términos
monetarios.
Beneficios (B)
Ventajas experimentadas por el propietario.
Beneficios negativos
(BN) Desventajas para el propietario cuando el proyecto bajo consideración es
implementado.
Costos ( C ) Gastos
anticipados por construcción, operación, mantenimiento etc. menos cualquier
valor de salvamento.
Dado que el análisis
B/C es utilizado en los estudios de economía por las agencias federales,
estatales o urbanas, piénsese en el público como el propietario que experimenta
los beneficios positivos y negativos y en el gobierno como en quien incurre en
los costos. Por consiguiente, la determinación de si un renglón debe ser considerado
un beneficio positivo o negativo o un costo, depende de quién es afectado por
las consecuencias
4.4 Análisis B/C incremental de alternativas. Mutuamente
excluyentes.
Cuando la selección
de una alternativa impide la aceptación de otras alternativas, estas se
denominan mutuamente excluyentes.
Cuando se debe
seleccionar sólo una entre tres o más alternativas mutuamente excluyentes
(independientes), se requiere una evaluación de alternativas múltiples. En este
caso, es necesario efectuar un análisis sobre los beneficios y costos
increméntales semejante al método utilizado en el tema para las tasas de
retorno incremental. La alternativa de "no hacer nada" puede ser una
de las consideraciones.
Hay dos situaciones
que deben considerarse respecto al análisis de alternativas múltiples por el
método beneficio/costo.
En el primer caso, si
hay fondos disponibles de manera que se pueda escoger más de una alternativa
entre varias, sólo es necesario comparar las alternativas contra la alternativa
de "no hacer nada". En este caso las alternativas se denominan
independientes. Por ejemplo, si se pudieran construir varias represas de
control de inundaciones en un río determinado y hubiese disponibilidad de
fondos para todas las represas, las relaciones B/C deben ser las que estén
asociadas con una represa en particular contra ninguna represa. Es decir, el
resultado de los cálculos podría demostrar que la construcción de tres represas
a lo largo del río seria económicamente justificable en base a la disminución
de los daños causados por las inundaciones, a la recreación, etc., y, por
consiguiente, debe construirse.
Por otra parte,
cuando sólo se puede seleccionar una alternativa entre varias, es necesario
comparar las alternativas entre sí en lugar de hacerlo contra la alternativa de
"no hacer nada". Sin embargo es importante que el estudiante entienda
en este momento la diferencia entre el procedimiento que se debe seguir cuando
los proyectos múltiples son mutuamente excluyentes y cuando no lo son. En el caso
de proyectos mutuamente excluyentes es necesario compararlos contra cada uno,
mientras que en el caso de proyectos que no son mutuamente excluyentes
(proyectos independientes) es necesario compararlos sólo contra la alternativa
de "no hacer nada". Tomando en cuenta que:
• El criterio es el
mismo usado para la evaluación de la tasa de retorno, excepto valor de B/C
incremental debe ser mayor que 1.
• Se selecciona el proyecto que tenga un B/C incremental = >1, y
• Que requiera la mayor inversión justificada.
• Aquellas alternativas que tengan un, pueden eliminarse inmediatamente y no necesitan considerarse en el análisis incremental.
• Se selecciona el proyecto que tenga un B/C incremental = >1, y
• Que requiera la mayor inversión justificada.
• Aquellas alternativas que tengan un, pueden eliminarse inmediatamente y no necesitan considerarse en el análisis incremental.
Sin embargo, en un
análisis B/C por lo común es conveniente calcular una relación B/C general para
cada una alternativa, ya que el VP total o el CAUE deben calcularse como
preparación para el análisis incremental.
Fuentes: http://www.doc6.es/secciones/gc.htm
La Gestión del Conocimiento: Nueva Cultura
Empresarial
Fundamentos de Ingeniería Económica, 4ta Edición – Gabriel Baca
Urbina
Fecha:
19/05/12
Proyecto
presentado el dia 17 de mayo del 2012 aula: 9 Hora: 10 am - 11am unidad 4
No hay comentarios:
Publicar un comentario